Ya soy todo un paisano. Es increíble como va pasando el tiempo y como este nos mueve y nos bambolea como a la pluma con la que comienza la película de Forrest Gump. ¿Recordáis la escena? ¿Que bonita verdad...?
Evidentemente hoy es lo que toca y he recibido unas cuantas felicitaciones, pero voy a tener que echaros la bronca a todos. ¿Qué porqué? Muy fácil, no me habéis dado mi regalo.
Pero no un regalo cualquiera sino el regalo que toca y el que de verdad me gustaría recibir de vosotros. El regalo más importante, el único regalo que merece la pena. Un regalo que recordaré siempre y que tiene garantía de por vida. Un regalo que no se puede comprar y que no se puede descambiar Un regalo que siempre será de mi talla y que jamás tendrá fecha de caducidad. Un regalo para todos los públicos y para todas las edades, un regalo que se puede saborear y que se puede oler.
En fin el regalo que me gustaría recibir, no todos los años, sino todos y cada uno de los días de mi vida. Si, ese que estáis pensando, que no es otro que aquellos de vosotros que de verdad me importáis tengáis un pensamiento para mi de vez en cuando.
Puedo aseguraros que yo no recuerdo, de la mayoría de vosotros, vuestra fecha de cumpleaños, pero si que pienso a menudo en vosotrtos y éste es ni más ni menos el regalo que me gustaría merecerme y que me gustaría recibir. Gracias y un beso a todos.
Puedo aseguraros que yo no recuerdo, de la mayoría de vosotros, vuestra fecha de cumpleaños, pero si que pienso a menudo en vosotrtos y éste es ni más ni menos el regalo que me gustaría merecerme y que me gustaría recibir. Gracias y un beso a todos.
Supongo que ya a nuestra edad todos pensamos con nostalgia y un poco como diciendo que bueno…. aquello que leíamos en nuestra adolescencia ya está muy superado, etc., etc.
No se si es así, pero a mi me sigue gustando recordar y me parece que sigue teniendo la misma fuerza y validez que entonces este texto de Khalil Gibran y por eso lo reproduzco aquí. Espero que os traiga recuerdos.
AMIG@ MÍ@ (Khalil Gibran)
Amig@ mí@... yo no soy lo que parezco. Mi aspecto exterior no es sino un traje que llevo puesto; un traje hecho cuidadosamente, que me protege de tus preguntas, y a ti, de mi negligencia.
El "yo" que hay en mí, amigo mío, mora en la casa del silencio, y allí permanecerá para siempre, inadvertido, inabordable. No quisiera que creyeras en lo que digo ni que confiaras en lo que hago, pues mis palabras no son otra cosa que tus propios pensamientos, hechos sonido, y mis hechos son tus propias esperanzas convertidas en acción.
Cuando dices: "El viento sopla hacia el oriente", digo: "Sí, siempre sopla hacia el oriente"; pues no quiero que sepas entonces que mi mente no mora en el viento, sino en el mar.
No puedes comprender mis navegantes pensamientos, ni me interesa que los comprendas. Prefiero estar a solas en el mar.
Cuando es de día para tí, amigo mío, es de noche para mí; sin embargo, todavía entonces hablo de la luz del día que danza en las montañas, y de la sombra purpúrea que se abre paso por el valle; pues no puedes oír las canciones de mi oscuridad, ni puedes ver mis alas que se agitan contra las estrellas, y no me interesa que oigas ni que veas lo que pasa en mí; prefiero estar a solas con la noche.
Cuando tú subes a tu Cielo yo desciendo a mi infierno. Y aún entonces me llamas a través del golfo infranqueable que nos separa: " ¡Compañero! ¡Camarada!" Y te contesto:
" ¡Compañero!¡Camarada!, porque no quiero que veas mi Infierno. Las llamas te cegarían, y el humo te ahogaría. Y me gusta mi Infierno; lo amo al grado de no dejar que lo visites. Prefiero estar solo en mi Infierno.
Tu amas la Verdad , la Belleza y lo Justo, y yo, por complacerte, digo que está bien, y simulo amar estas cosas. Pero en el fondo de mi corazón me río de tu amor por estas entidades. Sin embargo, no te dejo ver mi risa: prefiero reír a solas.
Amig@ mí@, eres bueno, discreto y sensato; es más: eres perfecto. Y yo, a mi vez, hablo contigo con sensatez y discreción, pero... estoy loco. Sólo que enmascaro mi locura. Prefiero estar loco, a solas.
Amig@ mí@, tú no eres mi amig@. Pero, ¿cómo hacer que lo comprendas? Mi senda no es tu senda y, sin embargo, caminamos juntos, tomados de la mano.
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